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Mostrando las entradas etiquetadas como ciencia y religión

Ciencia y poesía: "La verdad está allá afuera"

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Por Jorge Aulicino Originariamente escrita como una introducción al debate sobre la poesía "objetivista",  esta nota fue publicada por la revista Milpalabras c.2001.*  Era una introducción tan errática que el autor decidió quitar de ella lo referente a la poesía de los años 90 en la Argentina, que ocupaba el menor espacio, y dejar sólo en pie sus párrafos más digresivos, unidos por hilos invisibles que intentan demostrar la vecindad entre arte y ciencia. Aparatoso y errado, Goethe discutió con Newton sobre la luz en Esbozo de una teoría de los colores . La trayectoria del genio del romanticismo alemán, o del genio alemán del romanticismo, desembocó, como todo el mundo sabe, en un neoclasicismo. Sin embargo, este recorrido no era lineal ni dejaba atrás lo anterior en cada una de sus estaciones -una de las cuales estuvo marcada por  su nombramiento como ministro en la corte de Weimar-; la preocupación de Goethe por la ciencia era romántica y positivista al mismo tiempo (bas...

El Sacrificio según Beatriz

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¿Por qué dice Dante, por boca de Beatriz, en el Canto VII del Paraíso que no hubo ni habrá entre el primero y el último día del hombre "tan alto y tan magnífico proceso" como el sacrificio de Cristo? Es cierto que lo explica muy concisamente en el terceto siguiente, pero lo hace más bien desde la perspectiva de Dios: más grande fue Dios al darse él mismo para hacer capaz al hombre de elevarse, que si sólo lo hubiese perdonado Resta ver por qué ha sido grande ese suceso desde la perspectiva humana. El antropólogo católico René Girard hizo una explicación del complejo y revolucionario significado del Sacrificio en sus diálogos con Gianni Vattimo (¿ Verdad o fe débil ?, Paidós, 2011, traducción de Rosa Rius Gatell). Para Girard, el Sacrificio puso en evidencia la estructura del mito antiguo y se constituyó en "mito fundante". Sacrificar significa, recuerda, hacer sagrado. El mito antiguo consistía en la famosa ejecución de lo que has...

La figuración del mal

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El eje de la metáfora o visión llamada Infierno en la Comedia de Dante Alighieri se extiende, a mi entender, desde el canto XXI al XXX. Son nueve cantos enhebrados por la presencia del diablo representado como malévolos ángeles negros, o como serpientes o encarnado en los condenados mismos. Esa visión tiene sin embargo un tono a veces zumbón, debido a que estamos desde hace un tiempo en las Malebolge, denominación que literalmente significaría "malas bolsas": los diez socavones del Octavo Círculo que encierran todas las variantes del fraude. Son hondonadas, pozos, de bordes derruidos a veces, atravesados por puentes de piedra que a Dante le recuerdan los levadizos que sirven para atravesar los fosos que rodean un castillo. No es tan curioso que el Octavo Círculo sea tan vasto, con tantos recintos distintos y tantas clasificaciones de los reos, cuanto que está más abajo que el de los violentos, el conocido Séptimo Círculo. La ordenación de los castigos según la gravedad...

La verdad, la belleza, la materia oscura y el big bang

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En mayo de 1994, cerca de la ciudad minera de Sierra Grande, en la provincia de Río Negro, Argentina, científicos argentinos, españoles y un norteamericano pusieron en una galería de la mina inactiva de hierro, a 500 metros de profundidad, un detector de partículas oscuras. Fui allí enviado por el diario Clarín para ver qué era eso. Creo que pude ver algunas otras cosas, pese a que la materia de que se trataba era precisamente “oscura”. Varios de aquellos detectores estaban siendo colocados en diversos puntos del planeta como parte de una investigación patrocinada por una universidad norteamericana, otra española y la Comisión de Energía Atómica argentina. El experimento surgió de la comprobación de que la velocidad a la que rotan las galaxias no es proporcional a la masa visible o luminosa. En otras palabras, que debe existir más masa de la que podemos ver, generando gravitación, para evitar que las galaxias salgan disparadas y se revierta el camino del big bang o Explosión Inic...

Las visiones chinas de Xul

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El I Ching, el antiguo libro de sabiduría chino –que es algo más que un oráculo– causó un impacto específico, ahora lo sabemos, en nuestro Xul Solar. La forma en que entró en sus sueños es bastante particular, pero nada delirante, al fin y al cabo. Esto se puede ver gracias a la edición de sus San Signos , unos cuadernos que escribió en una lengua de su invención, el neocriollo, pasados a máquina en cierto momento con vistas a la edición pero que vienen a la luz, traducidos al castellano corriente, recién ahora. El libro editado por El Hilo de Ariadna, que hace un tiempo reveló para nosotros El libro rojo de Carl Jung, se presenta dentro de un cartapacio atado con un tiento y su lomo tiene las costuras a la vista, en un remedo de aquellos “raros infolios de los sabios olvidados” mencionados por Edgar Poe en “El cuervo”. Sobre el lomo crudo se ven algunos de los dibujos del I Ching. Contiene preciosas reproducciones de los cuadernos originales y de pinturas de Xul relacionadas. ...

La racionalización del capital

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En un breve trabajo sobre las nuevas formas de expansión del capitalismo, Elmar Altvater predice una sociedad “solar”. No dice cuál será el sujeto de ese cambio. Qué sucederá en el mundo si la clase obrera no obtiene su conciencia de sí y para sí? Tal vez la pregunta sea pretenciosa, pero se me ocurre adecuada cuando de lo que se trata es de considerar las actuales crisis del capitalismo. Marx no podría haber aceptado que la clase no llegase al estadio de conciencia. A sus ojos, tal cuestión era matemática. Para aquel tremendo químico de la historia la conciencia de clase advendría tan inexorablemente como se obtiene agua si se unen dos átomos de hidrógeno con uno de oxígeno. Esto es si, como su maestro Hegel razonaba, la historia fuera iluminación de la conciencia en los hechos. El hegelianismo remanente de Marx es lo que le permite al politólogo alemán Elmar Altvater en  Los límites del capitalismo [Ed. Mar Dulce, Bs. As., 2011] iniciar el análisis de la crisis contempo...

Un bosque de símbolos

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En la página 82 de Borges , ese mamotreto de la contracultura ilustrada, Bioy anota la vacilación de Jorge Luis Borges ante unos versos de Leopoldo Lugones: y a nuestros pies un río de jacinto / corría sin rumor hacia la muerte . “- Borges:¿Vos creés que tenía razón Ibarra? ¿Qué el río de jacinto es el semen? Bioy: -¿Qué otra cosa puede ser?” El episodio es verosímil. En varias ocasiones Borges dejó entrever que, en su concepción, las metáforas están hechas de términos intercambiables. En la metáfora no podría haber ambigüedad. Le molestaba, al parecer, que en un soneto de Quevedo “la sangrienta luna” pudiera ser el satélite natural de la Tierra, teñido de rojo, o la media luna de los estandartes moros. Tal vez tenía razón. Pero en aparatos verbales más complejos la correspondencia perfecta no es posible. Tales dispositivos tienen la propiedad del símbolo. Y no son reducibles a una frase o a una imagen a la que, se supone, están reemplazando. No todas las figuras retóricas son...

En cuanto a Dios...

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Entre un dios razonado y aquel de Tertuliano que nos permite llegar a él por la excepción ( Credo quia absurdum : creo porque es absurdo), la ciencia católica ha de tomar un camino. Durante el medioevo y parte de la Edad Moderna, la Iglesia eligió el atajo de convertir el dogma en razón del Estado Vaticano, en tanto la Iglesia era el pueblo de Dios pero también el Estado de Dios. La Iglesia terminó por dar al César lo que es del César y no abandonó el campo ideológico y el espiritual, que es donde le corresponde actuar. De este modo, sí: hay una ciencia católica por cuanto existe la Academia de Ciencias del Vaticano. Y lo que se teje allí no son supercherías. Necesidad y azar: tales las categorías que, centralmente, se entremezclan en Impresiones cósmicas , el libro del físico teórico Walter Thirring, miembro de la Academia vaticana y de la Nacional, de Washington, y que ha sido profesor del Instituto Max Planck, del MIT y del Erwin Schrödinger y director de la División Teórica ...

Cómo empezó esto

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Si en la primera página un libro de divulgación científica asegura que la filosofía ha muerto, y poco más adelante declara que su objetivo es demostrar que el universo pudo comenzar sin la intervención de Dios, y luego, tras andar algunas páginas, lisa y llanamente afirma de sí mismo que “está enraizado en el concepto de determinismo científico”, uno se siente ya lo suficientemente fastidiado como para que, a continuación, todos los chistes estúpidos con que los autores pretenden hacer reír a su auditorio, como un típico par de cómicos stand up, lo molesten más. No exagero:  El gran diseño ,  de Stephen Hawking y Leonard Mlodinow, está plagado de toques de humor de este talante: “Podría haber un universo donde la Luna fuese de queso, pero hemos observado que la Luna no es de queso, cosa que es una mala noticia para los ratones” (ja, ja, ja). Es lamentable que el reputadísimo Stephen Hawking le haya tenido que entregar la batuta del estilo al radical ateo y cómico de campus...