El dolor liberado

En 1939, Bob Kane, quien había iniciado su carrera en una escuela de dibujo del Bronx, en Nueva York, trabajaba en la DC Comics. La editorial había lanzado, hacía unos meses, al personaje que se convertiría en el superhéroe por antonomasia: Superman. Kane recibió de su editor, Vincent Sullivan, el encargo de pensar en un nuevo superhéroe. Nos informan las reseñas de la vida de Kane que, desde el año anterior, los creadores de Superman (Jerry Siegel y Joe Shuster) estaban ganando 800 dólares semanales, siendo que el salario de un dibujante de fragua era de 35 a 40 dólares. Kane no podía perder esa oportunidad. Y comenzó a hacer bocetos. El relato que Kane haría del nacimiento de Batman indica que puso al asador toda la carne de la que disponía. Tal vez no era mucha, pero era suficiente y sustanciosa. Sus vivencias personales estaban ya en el camino de los héroes populares, así que no tenía inconvenientes en ese sentido. Era devoto de La marca del Zorro , la película de Douglas Fair...