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Arlt, el oscuro

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Como Gustav Doré lo hizo con la Divina Comedia , Eduardo Grossman ilustra a Arlt. Esto es, nos da una mirada sobre Arlt, pero lo hace, como Doré, citando al pie de sus ilustraciones palabras textuales. Sus fotos ilustran esos aspectos de la obra, no la vaguedad que llamamos "mundo" de un escritor. De esta manera, a ráfagas, imagina escenas vistas o soñadas por Arlt o por sus personajes sobre un fondo real. El mundo que reconstruye Grossman podría decirse que está fundado en visiones. Visiones al pie de la letra. Son de Buenos Aires, un Buenos Aires en decadencia. El mundo de Roberto Arlt no fue realista, sino más bien expresionista, pero fue un mundo cromático, poderosamente grotesco y en colores que podría decirse van del ocre al rojo, del negro al azul, del blanco al negro, sobre formas que tienden a perder sus contornos en escenarios en los que el negro final acecha en los rincones, pero sobre todo en la mugre de objetos y personas, de zaguanes y almas. Es cada vez más gri...

Ironía y traducción

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Mi amiga Gabriela Cabezón Cámara solicitó en Facebook [2012] títulos de cuentos que trascurren en ambientes únicos y cerrados. Quien esté o quiera asociarse a FB puede consultar la larga lista que le propusieron. Alguien, por alguna razón, recomendó "El jorobadito" de Roberto Arlt. Y yo comenté de inmediato algo así como "claro, 'El jorobadito'", por mostrarme nacional (yo había recomendado "La pata del mono", de W.W. Jacobs). Entonces recordé que "El jorobadito" no ocurre, en rigor, en un solo escenario, aunque el escenario decisivo y el que yo memorizaba es la sala de una casa de la mediana burguesía porteña. No quise corregir el error en el FB de Gabriela. Me puse a leer de nuevo "El jorobadito" y me divertí con él como no me había divertido cuando lo leí por primera vez a los 16 años, una edad que no parece ideal para leer "El jorobadito". Supe al rato el porqué de mi regocijo. Sabrán todos que Arlt está rep...