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Mostrando entradas de enero, 2024

El búho de Minerva

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El búho de Minerva sólo emprende su vuelo en el crepúsculo. F. Hegel, Elementos de la filosofía del Derecho. La "enigmática" frase de Hegel es una alegoría. Minerva era, para los romanos, el nombre de Palas Atenea, sabia y guerrera. Su acompañante de ojos grandes representó siempre, convencionalmente, la sabiduría. Para Hegel, la sabiduría solo abre sus alas en lo incierto, en lo nuevo, en lo recién abierto. Antes de escribir esta frase, ha dicho que cuando la filosofía pinta gris sobre gris, una figura se ha vuelto vieja.  Desde hace un tiempo, algo que me parecía absurdo cuando era muy joven me parece más acertado: escribir poesía es una forma de la neurosis. Una repetición del vuelo de aquel búho, que no es solo el de la sabiduría consumada, sino el de la exploración, la mirada fija y la caza nocturna. Escribo poesía para atrapar algo. No para reproducir de manera naturalista, aunque eso es también, a veces, un intento de atrapar . Sé, o creo saber, que las palabras pued

Más grande que la muerte: "Drácula", 1897-2020

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Bram Stoker, el autor de Drácula (una novela basada en cartas y diarios imaginarios), vivió entre 1847 y 1912. Nació en Dublín, fue acunado por cuentos de fantasmas y resultó dominado (vampirizado, podría decirse) por el actor y empresario teatral Henry Irving, a quien sirvió en Londres como secretario y administrador, y por quien sentía al parecer tanta veneración como odio. El libro se publicó en 1897. Stoker se casó con una mujer muy bella, aunque frígida, según su nieta, hija del único hijo del matrimonio. Solía frecuentar prostíbulos y murió de sífilis. ¿Hay en esta vida, poco más que corriente, algo que explique la inspiración genial que llevó a Stoker a darle forma, comprensión y carnadura inmortales a una superstición dispersa? Stoker escribió muchos libros. Nadie recuerda otro que no sea Drácula . Y muchos olvidaron ya que Stoker lo escribió. La novela despliega, en pocas páginas, una buena erudición sobre vampirismo. El vampiro es conocido " en todos los lugares en que

Frankenstein, el monstruo y su doble

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Entre las muchas interpretaciones que se ofrecen a la lectura de Frankenstein , de Mary Shelley, las hay sociales, pero prefiero, antes que las lecturas balzacianas, una impresión en bruto, la impresión del mito in toto . Hay diversas pistas no puestas por azar, tal vez, desde el comienzo, para que consideremos a la criatura del doctor Frankenstein la reescritura de un mito, un mitologema, diría Ángel Faretta. Pero esa lectura, a menos que ampliemos la lente, puede resultar pequeña si se focaliza en el propio doctor - el moderno Prometeo  del subtítulo- que intenta crear la vida, así como Prometeo robó el fuego a los dioses. Hay aquí un complejo mitológico que Mary Shelley no se propone ocultar entre líneas sino mostrar desde la portada. Víctor Frankenstein equivale a Prometeo, así como el fuego equivale a la vida, o al poder de dar vida. Hay sin embargo más y menos en el libro de Mary Shelley: formalmente está hecho de tres historias. Comienza con la del capitán Walton, que le escribe