Lo sagrado y lo profano

Una percepción sagrada del mundo humano le permitió a Pier Paolo Pasolini (1922-1975) convertirse en el mejor crítico de las grandes instituciones de su tiempo en Italia: el Partido Comunista y la Iglesia Católica. Pero por sobre ellos, vio lo que llamó "el más represivo de los totalitarismos", la sociedad de consumo, una cultura unificadora universal. Esta visión crítica, de la que se nutre su poesía, tenía en cuenta sin embargo una segunda fuente: el impacto de ese mundo en las raíces emocionales del autor, en su percepción de un universo atávico e irracional, el mundo del mito, redefinido por Cesare Pavese en la década de los años treinta del siglo pasado. Sin esta base, la poesía urgente de Pasolini acaso no hubiese perdurado. Y de hecho, toda la polémica que hizo pivote sobre su obra literaria, no hubiese tenido sentido, puesto que lo que se puso en cuestión fue precisamente una especie de obsesión pasoliniana en el universo no histórico, que perduraba en el subpro...