Griseta
-¿Le molesta si pongo un tango? -me dijo el taxista.
-Todo lo contrario -mentí ante lo irremediable, porque si hay algo devastador es escuchar un tango a las nueve de la mañana. Encendió la FM y escuché sin querer. Terminó el tango y el tipo adivinó cuál seguía con sólo escuchar las primeras notas, así que antes de que empezara el tercero le pregunté rápidamente:
-Ahora, ¿cuál viene?
Sonaron dos compases.
-Griseta -dijo.
Escuchamos en silencio.
-¿Le gusta la ópera? -dije.
-La verdad que no -dijo.
-Pero sabe de dónde viene Griseta...
-¿La del tango? Sí, de Francia... Disculpe la expresión, es la típica puta francesa.
-Una puta rara, ¿no? Soñaba con Des Grieux, quería ser Manon -cité.
-No sé quiénes son, pero le voy diciendo algo: Griseta es Griseta. Es medio sentimental pero no deja de ser una atorranta; si quiere, me da lástima.
Hubiese sido una guarangada que le dijese que en sólo una estrofa González Castillo menciona a todos los personajes de dos óperas de Puccini*, una de ellas basada en una historia del abate Prévost, y que, para rematarla, cita a la hoy olvidada dama de las camelias de Alejandro Dumas (hijo) **, que también se inspiró en Prévost y a la vez fue la base de otra ópera ***, de Giuseppe Verdi. Una guarangada que le dijese que una cortesana francesa, una mujer del demimonde, había inspirado obras y modelos, y que ahí estábamos, a dos siglos casi tres de las desventuras de Manon Lescaut, evocando nombres muertos, mundos de muselina degastada y flores secas.
-Sí, si usted quiere, me da lástima. Y no sé por qué -vacilaba el chauffeur.
Entonces me di cuenta. El mito estaba vivo: la irremediable perdición, la muralla de la condena moral, el abismo de la pasión y la imposibilidad trágica resonaban en las sílabas de nombres cuyas historias desconocía el chauffeur.
-Y... es por eso, vio -le dije-. Porque es una mezcla rara de Museta y de Mimí.
Giró la cabeza y, con una conmovedora seriedad, dijo:
-Tiene razón. Es por eso.
Jorge Aulicino
Revista Ñ, 2005
* La bohème (1896), cuyos personajes principales son Mimí, Rodolfo, Museta y Schaunard, y Manon Lescaut (1893), basada en la novela Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut, del Abate Prévost
** La dama de las camelias, de Alejandro Dumas, se publicó en 1848. Sus personajes principales son Margarita Gautier y Armando Duval
*** La traviata, estrenada en 1853
Imagen: La obra del abate, reeditada en 1973 por Gallimard
Griseta
[Tango]
Mezcla rara de Museta y de Mimí,
con caricias de Rodolfo y de Schaunard,
era la flor de París
que un sueño de novela trajo al arrabal...
Y en el loco divagar del cabaret,
al arrullo de algún tango compadrón,
alentaba una ilusión,
soñaba con Des Grieux,
quería ser Manon...
Francesita,
que trajiste, pizpireta,
sentimental y coqueta,
la poesía del quartier,
¿quién diría
que tu poema de griseta
sólo una estrofa tendría,
la silenciosa agonía
de Margarita Gautier?
Mas la fría sordidez del arrabal,
agostando la pureza de su fe,
sin hallar a su Duval
secó su corazón lo mismo que un muguet.
Y una noche de champán y de cocó
al arrullo funeral de un bandoneón,
pobrecita, se durmió,
lo mismo que Mimí,
lo mismo que Manon.
[1924]
José González Castillo (Rosario, Argentina, 1885-Buenos Aires, 1937)
Ese chofer va a buscar o hará buscar en Google lo que le mencionó su viajero circunstancial, la incógnita de quedarnos sin saber del todo es movilizadora, gracias Adriana por continuar tus publicaciones, un abrazo!
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